Al acabar la Guerra Civil, la producción cinematográfica española se fue concentrando poco a poco en Madrid, tanto por el furioso centralismo del nuevo régimen como por razones de índole más pragmática: al ponerse en marcha el proteccionismo estatal, la mejor forma de acceder a las prebendas oficiales era estar cerca del poder. En Barcelona, ciudad de gran tradición fílmica, que no en vano había sido la cuna del primer esbozo de industria propiamente dicha, los rodajes se mantuvieron con otra picaresca: la de generar permisos de importación y doblaje a las grandes distribuidoras de Hollywood.
En este contexto nace Balcázar Producciones Cinematográficas, que a partir de Catalina de Inglaterra en 1951 va incrementando progresivamente el número de films producidos hasta llegar al annus mirabilis de 1964, cuando monta unos estudios propios que incluyen el mítico poblado del Oeste de Espulgas City e inicia un ambicioso plan de coproducciones que sólo menguará a primeros de la década siguiente, cuando una serie de circunstancias socio-económicas impusieron el cierre de los estudios, la destrucción de Espulgas City y el cese definitivo de la productora.
Espulgues de Llobregat, limítrofe con Barcelona, se convirtió en una especie de sucursal de Hollywood por la que pasaron actores como Robert Taylor, Charles Boyer, Broderick Crawford, Audie Murphy, Lex Barker, Capucine, Horst Buccholz, Ernest Borgnine, Van Heflin, Giuliano Gemma, Christopher Lee, Gilbert Roland, Ray Danton, Sylva Koscina, Lee J. Cobb o Klaus Kinski, pero que también sirvió de soporte logístico a los realizadores más vanguardistas de la época: Pere Portabella, Jacinto Esteva, Joaquín Jordá, Vicente Aranda o José María Nunes.
La inauguración oficial de los Estudios Balcázar tiene lugar la primera semana de septiembre de 1964 con el western de Alfonso Balcázar El rancho de los implacables, título provisional de Pistoleros de Arizona, que será la primera de las aproximádamente setenta películas de este género rodadas en Esplugues.
En este contexto nace Balcázar Producciones Cinematográficas, que a partir de Catalina de Inglaterra en 1951 va incrementando progresivamente el número de films producidos hasta llegar al annus mirabilis de 1964, cuando monta unos estudios propios que incluyen el mítico poblado del Oeste de Espulgas City e inicia un ambicioso plan de coproducciones que sólo menguará a primeros de la década siguiente, cuando una serie de circunstancias socio-económicas impusieron el cierre de los estudios, la destrucción de Espulgas City y el cese definitivo de la productora.
Espulgues de Llobregat, limítrofe con Barcelona, se convirtió en una especie de sucursal de Hollywood por la que pasaron actores como Robert Taylor, Charles Boyer, Broderick Crawford, Audie Murphy, Lex Barker, Capucine, Horst Buccholz, Ernest Borgnine, Van Heflin, Giuliano Gemma, Christopher Lee, Gilbert Roland, Ray Danton, Sylva Koscina, Lee J. Cobb o Klaus Kinski, pero que también sirvió de soporte logístico a los realizadores más vanguardistas de la época: Pere Portabella, Jacinto Esteva, Joaquín Jordá, Vicente Aranda o José María Nunes.
La inauguración oficial de los Estudios Balcázar tiene lugar la primera semana de septiembre de 1964 con el western de Alfonso Balcázar El rancho de los implacables, título provisional de Pistoleros de Arizona, que será la primera de las aproximádamente setenta películas de este género rodadas en Esplugues.
1 comentario:
Esplugues sa nostra!
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