Pedro Costa regresa al barrio de Lisboa donde filmó Huesos y La habitación de Vanda: Fontainhas ya ha sido derruido, y Costa sigue a Ventura, uno de sus vecinos, que se ha mudado a un aséptico edificio. Pero lo que retoma es, sobre todo, su alto compromiso (cinematográfico). La realidad palpita aquí en planos secuencias, contrapicados, iluminación pictórica y recitación. Vanda es ahora madre de familia; Ventura enlaza el pasado con el futuro. Y Pedro Costa sigue siendo uno de los pocos cineastas que hacen sentir que el cine está vivo y que también sigue reinventándose en Europa.
Con motivo de su visita al CCCB en Barcelona blogs&docs le realizó esta entrevista:
1 comentario:
No sé qué dice el tío, pero hay que ver que sexy es el portugués.
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